La Importancia de La Salud Mental en La Sociedad
La psiquis es una parte fundamental del desenvolvimiento del ser humano, por ende a la par como atendemos el funcionamiento de nuestros órganos vitales para prevenir cualquier disfunción que pueda resultar fatal, debemos también otorgar importancia a la salud mental, sin el prejuicio que visitar a un psicólogo o psiquiatra, según sea el caso, equivale a tener un desequilibrio mental. Nadie tiene porque tener un desorden mental para sentirse en la necesidad de visitar a un profesional especializado, así como no hay que estar infartado para visitar a un cardiólogo. No nos hemos detenido a reflexionar sobre la importancia de la salud mental, tan de cuidar como la del resto del organismo. La OMS señala que el estado de bienestar físico, psíquico y social, son un componente esencial en la calidad de vida de cualquier individuo. El funcionamiento de la psiquis es determinante para la conducta del individuo consigo mismo y su entorno social.
El mundo actual, con sobrecarga de estrés, provocado por las dificultades cada vez más evidentes para enfrentar las vicisitudes de la vida, agregándosele en estos últimos días el terrible escenario pandémico del COVID, causante del temor inédito de sentir con extrema cercanía la parca, que se presenta como fúnebre sombra ante cualquiera, sus familiares y cercanos pero además a prudencial y no tan lejana distancia el solo avizorar el descalabro económico más escalofriante que pueda recordarse, estremece los cimientos psicológicos de las personas, por lo que es inevitable llenarse de fortaleza e inflar de optimismo nuestras mentes, combustible fundamental para resistir los duros momentos que nos toca afrontar.
Las falencias en materia de salud mental comunitaria y el abandono que en ese sentido condenan los Estados a sus pobladores, facturan como resultado nefasto las enormes oleadas de asesinatos, femicidios, violaciones, suicidios, baleadas indiscriminadas en escuelas o lugares públicos, abusos, consumo de drogas y tantas otras malas acciones provenientes del desequilibrio mental.
Es importante que la sociedad evolucione y separe de su imaginario aquellos viejos estigmas de recibir auxilio psiquiátrico y ser atendido profesionalmente de manera preventiva o curativa, considerando a la mente como una parte de la estructura humana tan sensible como cualquier otra. La depresión por ejemplo, es una de las alteraciones mentales más recurrentes y que afecta a un gran porcentaje de la población. Se calcula que la misma afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, siendo la principal causa universal de discapacidad y contribuyente trascendente a la carga mundial de morbilidad.
Es necesario que los centros de salud pública cuenten con un contingente importante y suficiente de especialistas que permita ayudar a las personas que de una forma u otra poseen desbalances emocionales o de cualquier otra naturaleza. Según el estudio de la OMS en el 2008, lo asignado al Ministerio de Salud Pública fue tan solo del 6% del Presupuesto General del Estado y de esto solo el 1.2% se utiliza para salud mental, existiendo solo 12 camas y 181 médicos por cada 100 mil habitantes en clínicas psiquiátricas. Para profundizar más la temática, he solicitado el criterio de mi apreciada amiga y excelente profesional, la Psicóloga Pamela Castro Jalil, quien contribuye al desarrollo de este escrito.
‘¿Podemos hablar realmente de salud integral sin considerar la salud mental? Esta pregunta la planteamos quienes trabajamos en el sector de salud, pero cada vez tiene más eco en una sociedad que prescribe un mayor alcance a los derechos humanos. Si bien es cierto, la salud es un tema importante, en muchos casos el cuidado de nuestra mente puede llegar a estar relegado. Es posible ejemplificarlo con un simple recorrido por nuestras propias experiencias, pero está bastante claro en las cifras reflejadas a nivel mundial. En el particular caso de Ecuador existe un reporte de la OMS (Organización Mundial de la Salud) que data del 2008 en el cual se incluye una aproximación a la realidad que se vive en nuestro país. En esta publicación se describe cómo dentro del presupuesto anual de salud se destina apenas un 1,2% de este total a acciones públicas de salud mental. Esta pequeña cifra nos da una idea de cómo es la situación en nuestra sociedad y plantea una segunda interrogante: si la salud mental es un estado de bienestar personal ¿Por qué no le hemos dado la debida importancia?
Entramos en un cuestionamiento más amplio de cómo existen o pueden existir barreras: geográficas, culturales, ideológicas, sociales y hasta conceptuales que limitan a que las personas tengan un mayor acceso a estos servicios. Si bien es cierto que en la mayoría de los casos los modelos de atención primaria cuentan ya con servicios especializados en psicología y psiquiatría, es aún considerado un ‘último recurso’ al momento de llevarlo a la praxis. Es deber del Estado tomar en consideración primeramente la demanda para estos servicios ya que existe un alto índice de la población que requiere de atención por el área psicológica y psiquiátrica. En segundo lugar se debe impulsar una ley de salud mental que abrace protocolos internacionales con miras a fortalecer la promoción, prevención e implementación de servicios de salud oportunos y costo-eficientes para así llegar a toda esa población. A pesar que esto suena como una utopía es ya una necesidad imperante y que podríamos empezar a formular porque el presente exige una acción más concreta. Al fin y al cabo como indica el Dr. Dr Shekhar Saxena, Director del Departamento de Salud Mental de la OMS, ‘cuando se trata de salud mental, todos somos países en desarrollo’.
En conclusión el Ministerio de Salud le debe dar más importancia a la salud mental dentro de su presupuesto y entender que la mayor parte de la población necesita ayuda en un momento dado de su vida. Debe invertir no solo en clínicas psiquiátricas y consultorios sino también en campañas de concientización para poco a poco ir quitando el estigma de solo acudir al profesional en caso de desórdenes mentales comunes y entender que para tener una vida saludable también necesitamos cuidar de nuestra psiquis.
1. World Health Organization. (2008). Informe sobre el Sistema de salud mental en el Ecuador.