La importancia de la legalización del aborto

La importancia de la legalización del aborto

Para entender la importancia de la legalización del aborto primero tenemos que tener en claro que estar a favor de la legalización del aborto no es estar necesariamente a favor del mismo. No dudo la existencia de personas que apoyan ambos preceptos, y otros en los que me incluyo en que sin estar a favor del acto per se, tenemos claro que su ilegalidad no elimina su ejecución y por el contrario, estimula una práctica clandestina que termina creando a su alrededor prácticas incluso mafiosas, provocando estas, en algunos casos, más muertes.

Favorecer la legalización del aborto es estar a favor de la vida, puede sonar un poco irónico, contradictorio y hasta ridículo para muchos, pero si analizamos con detenimiento podríamos entender el alcance de esta afirmación y porque es importante legalizar dicho acto. Cuando se legaliza un acto determinado, le estamos dando un status en el cual aquel comienza a ser regularizado y tiene que responder a ciertas normas y obligaciones que terminan garantizando el bienestar social. 

En Ecuador, al igual que en otros países, se confunde la lucha por legalizar el aborto con estar a favor del mismo; cosas totalmente distintas. En lo personal, no considero que el aborto sea una salida ni una opción que tenemos las mujeres, al contrario por mi creencia religiosa estoy rotundamente en contra de este acto. Dicho esto, entiendo que porque algo sea ilegal no quiere decir que este acto no se vaya a realizar, lo cual, a través de la legalización me permite pensar que el Estado pueda asumir el control y de esa manera evitar más muertes. Por ello me adhiero a los criterios en favor de su legalización.

En nuestro país, según información del Ministerio de Salud Pública, el 15,6% de las muertes maternas se deben a abortos realizados en condiciones de clandestinidad. Aproximadamente 2000 niñas menores de 14 años dan a luz anualmente. Necesitamos salvar a esas madres y tal vez a esos futuros niños. Los verdaderos pro-vida tienen que luchar por ese 15,6 % que hoy mueren simplemente por no legalizar un acto que se está dando de todas formas. Esas cifras no contemplan a los fetos, solo a las madres que mueren de forma clandestina.

Me gusta comparar a Uruguay como ejemplo; un país similar al nuestro, tal vez con mejores índices de desarrollo, en donde legalizaron el aborto. Se permite aquello, dentro de las primeras 12 semanas de gestación. Durante ese tiempo, antes de someterse a la práctica del aborto, la mujer debe asistir a una cita con el ginecólogo, un trabajador social y un profesional de salud mental. En un lapso de 5 días, la mujer puede analizar sus ideas y con una información recibida en debida forma, sopesar y decidir, aliviando de alguna manera, factores que inicialmente la llevaron a tomar la drástica decisión, como el miedo, quizás el desconocimiento, o por problemas económicos que le generan incertidumbre sobre su maternidad y futuro inmediato. Luego de aquello, algunas pueden ratificar su decisión inicial  pero otras posiblemente entren en una profunda reflexión que las haga recapacitar y revisar su propósito. Justamente por las vidas de esas mujeres, y las de sus futuros hijos es importante legalizar el aborto. Las consultas no son para tratar de convencerlas de que no deben abortar, solo sirven para ayudarle e informarle de otras opciones disponibles al igual que guiarla en caso de que tengan dudas. 

No soy proclive al argumento feminista: “es mi cuerpo yo decido”, porque en mi criterio, no tiene mucho peso; como mujer, tengo derecho a recibir información y ampliar mis conocimientos sobre un tema tan delicado. La mejor forma de empoderar a una persona no es con leyes mal hechas y al apuro sino dándole todas las herramientas, en este caso información y ayuda, para que tome las decisiones que considere correctas. De hecho, al legalizar el aborto en Uruguay, el país se ubicó a partir de entonces como el segundo con menor mortalidad materna de toda América, después de Canadá. Entonces, si de verdad somos pro vida, debemos entender que para salvar más vidas debemos legalizar el aborto, así estemos en contra del acto.

No debemos creer que las mujeres quieren  abortar como que si fuera una práctica anticonceptiva. Tomar una decisión así no es fácil, sea que el mismo esté o no legalizado. Muchas mujeres que han abortado cuentan que “Es un proceso de mucho dolor que dura de ocho a diez horas” y que “Vas pasando por dolores muy fuertes que no sabían que existían”. No debemos  creer que porque legalizamos el aborto, las mujeres van a ir a abortar porque sí, como si fuera una cirugía plástica. Eso no va a pasar y si ese es nuestro temor, debemos entonces comenzar a impulsar campañas en los colegios privados, públicos, laicos y religiosos en donde enseñen el correcto uso de anticonceptivos. Trabajemos juntos para impulsar la información y que ninguna niña ni adolecente crezca ignorando estos temas tan importantes. 

Sobre la gratuidad o no de los abortos, una vez cumplido con ciertos protocolos informativos y orientadores hacia la mujer, ya señalados anteriormente, será motivo de un análisis aparte, pero para aquello necesitamos regularlo y justamente por eso debemos legalizarlo. 

Legalizar el aborto es un deber que el Estado debe a todas esas mujeres que han perdido su vida de manera clandestina. A esos niños que no terminaron de nacer por falta de una adecuada información a sus madres, quienes terminaron abortando de manera clandestina. A todas esas niñas y mujeres que sufrieron de violación o de abusos por parte de familiares y desconocidos. En fin, a todas las víctimas que hoy no están con nosotros. 

Material adicional:

https://jsmillo95.wixsite.com/aborto-vs-desarrollo

https://www.lr21.com.uy/mujeres/1264095-aborto-seguro-uruguay-pasos-procedimiento-ley-video